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Calendario vigente 2026: usa tu apellido para ordenar tus finanzas
Calendario de pagos: septiembre–octubre 2026
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Lo que el calendario dice sobre tu dinero
En el bimestre septiembre–octubre 2026, los depósitos del Bienestar no llegan todos el mismo día: se reparten según la inicial del primer apellido. Eso quiere decir que tu dinero puede entrar al principio, a la mitad o al final del periodo.
Para tus finanzas, eso es clave. Si tu apellido va al inicio del calendario, tienes más margen para pagar deudas temprano. Si va al final, tu depósito llega de los últimos y necesitas cuidar todavía más las fechas de pago de tus créditos para no caer en mora.
El depósito se acredita en tu tarjeta del Banco del Bienestar, y desde ahí decides: pagar deudas, cubrir servicios o gastar. Si te dejas llevar por la emoción y gastas antes de mirar las fechas de tu calendario, el que sufre después es tu bolsillo.
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Apellidos, turnos y créditos
Imagina que tu apellido está entre las últimas letras del alfabeto: eso quiere decir que tu turno puede caer de los últimos del calendario. Si tienes un crédito que vence antes de que llegue tu depósito, conviene hablar con la tienda o el banco antes, no después.
En muchos casos, las instituciones prefieren que avises y hagas un pago parcial a tiempo antes que dejes pasar la fecha sin decir nada. Desde el punto de vista de finanzas, esa llamada a tiempo puede ahorrarte recargos y mantener tu historial de crédito limpio.
Por eso, cuando salga el calendario de pagos Bienestar 2026, no lo veas solo como una lista de fechas: míralo como un mapa de tu dinero para el bimestre. Ahí puedes decidir qué pago vas a cubrir con qué depósito.
Organizar el dinero en familia
Si en tu casa hay más de un beneficiario de Bienestar, el calendario de 2026 puede ser una herramienta todavía más fuerte. Pueden sumar depósitos para ponerse al día con una deuda grande o para evitar intereses muy altos en una sola tarjeta.
Lo ideal es que cada quien sepa cuánto cobra y qué parte de ese dinero se destinará a deudas comunes, servicios o ahorro. Cuando el uso del dinero se habla con claridad, las finanzas familiares son más tranquilas.
Un acuerdo sencillo puede ser: “el próximo bimestre usamos los depósitos para pagar esta deuda cara, y el siguiente lo repartimos para otros gastos”. Así convierten los depósitos en una estrategia y no en dinero que se va sin rumbo.